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Resumen:
Los principales hallazgos de la segunda edición latinoamericana de Las Américas y el Mundo 2010-2011 se reúnen en 10 rasgos y tendencias que retratan no sólo la cultura política internacional de los países latinoamericanos encuestados, sino que brindan las coordenadas de cómo y dónde se ubican en el mundo. 1. La identidad regional de América Latina es ambivalente y simbólica. A pesar de sentirse latinoamericanos y de percibir a la región con optimismo, la identidad latinoamericana se rige más por nociones abstractas que por solidaridades reales o intereses concretos. Cuando se trata de asumir los costos, en particular los de índole material, que implican una mayor unidad y cooperación latinoamericana, los países encuestados son reacios a participar. Acciones como invertir recursos, coordinar acciones o compartir soberanía con sus hermanos latinoamericanos, reciben un exiguo apoyo social. Los vecinos son menos apreciados que otros países, lo cual dificulta que las cercanías geográficas y los mecanismos de integración subregional actuales proyecten identidades propias por encima de la macroidentidad que representa el ser latinoamericano. 2. Los países con mayor capacidad de liderazgo tienen déficit de atención y de conocimiento internacional. Brasil y México, países de talla media en el sistema internacional, paradójicamente permanecen menos atentos e interesados en participar en el escenario internacional que países con menores capacidades para hacerlo, como Colombia, Ecuador y Perú. Poseen un escaso conocimiento de las instituciones multilaterales y de los actores internacionales y, por razones distintas, están en un ánimo claramente introspectivo. Brasil muestra los síntomas de desatención de o maior país do mundo, en tanto que México se encuentra ensimismado posiblemente a causa de la crisis de inseguridad que enfrenta. En el lado opuesto, aparece Colombia, con el porcentaje más alto de ciudadanos atentos y conocedores del devenir mundial. 3. La apertura económica al exterior goza de amplia aceptación social. A pesar de la turbulenta crisis financiera global en 2008 y 2009, los latinoamericanos aprueban ampliamente al libre comercio, reconocen a la inversión extranjera como ventajosa y, en general, consideran que la globalización económica es un proceso más positivo que negativo. En medio de la pluralidad de estrategias de desarrollo y políticas económicas en la región, hay consenso social en que los beneficios de la apertura económica al exterior son mayores a los costos, sobre todo en los países con mejor desempeño económico como Perú y Brasil. 4. Desde América Latina el mundo se lee en clave nacional. Tanto las amenazas como los objetivos internacionales prioritarios se contemplan desde una óptica localista. Esta percepción del mundo está cargada de una racionalidad utilitarista y material antes que de una lógica normativa vinculada a la solidaridad internacional. Además, el ánimo público nacional influye notoriamente en la forma en que las sociedades codifican el mundo e interpretan los acontecimientos internacionales: en Brasil se traduce en optimismo; en Colombia, en apertura; en Ecuador, en reserva; en México, en pesimismo, y en Perú, en oportunidad. 5. El mandato a las cancillerías es una política exterior que ayude a resolver problemas apremiantes de la población. Existe una gran convergencia entre los países sobre los fines que debe gestionar la política exterior. Según estas sociedades, la política exterior debería ser un instrumento para resolver los problemas de inseguridad de las personas, potenciar su bienestar económico y social, contener la precariedad ambiental y apuntalar el crecimiento del país. En México, además, debe recobrar el prestigio y mejorar la imagen del país a través de su cultura y, en Ecuador, proteger las fronteras territoriales y marítimas. 6. Los latinoamericanos aspiran a una mayor presencia internacional basada en el poder blando que sobre el poder duro. Los países encuestados claramente privilegian el acrecentar su influencia en el mundo por medio de su cultura, diplomacia y comercio antes que con el despliegue de su poderío militar. Este rechazo al uso de la fuerza militar como instrumento internacional no obedece a una mala imagen interna de los ejércitos nacionales; por el contrario, las fuerzas armadas cuentan con legitimidad y confianza entre los latinoamericanos, dejando atrás estigmas anteriores que los calificaban de enemigos internos de la sociedad civil y cuñas para el avance democrático. 7. Hay dos formas de mirar al mundo: visiones acotadas y visiones globales. Algunos países consideran que sus principales socios e intereses se encuentran principalmente en el continente americano, mientras que otros perciben alianzas y oportunidades fuera de la región. Para Colombia, Ecuador y México, el mundo se limita casi exclusivamente al continente donde anclan sus aspiraciones internacionales y concentran su participación mundial. En cambio, Brasil y Perú mantienen una visión más global de sus intereses en el mundo que abarca a otras regiones, en particular a Asia como nuevo motor de la economía mundial. Las miradas globales muestran una mejor capacidad de entendimiento y adaptación a las tendencias del dinámico sistema internacional que las ancladas en el continente. 8. Reconocimiento del liderazgo brasileño, mientras la presencia mexicana se diluye. Brasil goza de una amplia aprobación y buena imagen entre los latinoamericanos, quienes inconfundiblemente reconocen su creciente influencia internacional y capacidad de liderazgo. Además, Brasil manifiesta cierta voluntad para buscar ser el país líder en la región. En contraste, México carece de visibilidad en el continente (un número reducido de latinoamericanos lo identifica como un país con influencia regional y su popularidad es menor a la de Brasil) y no muestra interés por ejercer algún tipo de liderazgo en la región. A diferencia de otros países con pretensión de liderazgo, como Venezuela, que tienen una mala imagen, México es un país bien apreciado en América Latina pero, por su asociación con Estados Unidos y su desventura interna, se percibe distante. 9. Los latinoamericanos están a favor de un modelo americano de integración regional. Los contornos, alcances y límites de la integración latinoamericana están bien definidos por las opiniones públicas de estos países. Los mercados y la interconexión física transfronteriza guían el proceso, lo que implica la aprobación mayoritaria de sinergias en infraestructura y el libre flujo de bienes, servicios e inversiones por la región. En cambio, se rechaza el libre movimiento de personas, la unión monetaria y la construcción de instituciones supranacionales. El tipo de integración latinoamericana que sustentan las poblaciones de estos países deja fuera los aspectos políticos, militares y sociales. 10. Frente a la migración hay un doble estándar: derechos universales para los emigrantes pero acotados para los inmigrantes. En las últimas décadas, los movimientos masivos de migración han impactado económica, política y socialmente a la región, aunque en forma diferenciada. Si bien en Brasil su importancia ha sido considerablemente menor, en Colombia, Ecuador, México y Perú los flujos migratorios están constantemente en la palestra pública. Sin embargo, mientras estas sociedades exigen a los países receptores de sus connacionales un trato especial y bondadoso, muchas de ellas no son tan receptivas hacia la inmigración. Hay reticencias, en particular en Ecuador, para que los extranjeros puedan entrar e integrarse social y políticamente en sus países.
Inglés/English:
The principal findings from the second Latin American edition of the survey The Americas and the World 2010-2011 can be summarized in 10 key trends that highlight the international political culture of the countries surveyed and map out the priorities of and how and where Latin Americans see themselves in relation to the world. 1. Latin Americans are proud of their identity, but reluctant to embrace other countries in the region. Citizens in the region are proud Latin Americans and view the region with optimism. However, Latin American identity is largely abstract and symbolic, lacking a sense of solidarity or concrete interests. Latin Americans are wary of binding commitments in the region. When it comes to assuming costs that imply greater unity and regional cooperation particularly those of a material nature Latin Americans are reluctant to participate. Actions such as investing resources, coordinating responses to defend common interests, or sharing sovereignty with other countries in the region receive little support. Neighboring countries are viewed less positively than other countries, making it difficult for mechanisms of regional integration to foster a sense of regional belonging commensurate with the symbolic dimension of Latin American identity. 2. The countries with the greatest capacity for leadership have a deficit of attention and knowledge of international affairs. Brazil and Mexico mid-level powers in the international system are less knowledgeable and interested in participating in international affairs than countries with less capacity to do so, such as Colombia, Ecuador, and Peru. Citizens in Brazil and Mexico have little knowledge of multilateral institutions and international actors, and for distinct reasons, are more focused on internal affairs. Brazils lack of interest in international affairs might be explained by the surging national mood of the país mais grande do mundo, while Mexicans disinterest might be related to the countrys crisis of internal security. On the other hand, Colombians stand out as the population with the highest level of interest in international affairs and the most knowledge of multilateral institutions and international actors. 3. Latin Americans favor opening their economies to international trade and investment. In spite of the global financial crisis of 2008-2009, Latin Americans widely support free trade, view foreign investment as advantageous, and consider that globalization as more positive than negative. Among the wide range of economic policies and strategies for development in the region, there is a broad consensus among Latin Americans of varying socio-economic levels that the benefits of an open economy are far greater than the potential costs, especially in countries with high levels of economic growth such as Peru and Brazil. 4. In Latin America, international affairs are perceived through the perspective of distinct local contexts. Both international threats and foreign policy priorities are viewed through a local lens, with emphasis on those issues most likely to affect daily life. This perception of the world is based on a utilitarian and material rationality rather than the normative logic of international solidarity. How citizens view the state of their country influences how citizens view the world and interpret international events: in Brazil this translates into optimism; in Colombia, into openness; into Ecuador, caution; into Mexico, pessimism; and in Peru, into opportunity. 5. Latin Americans have sent a clear mandate for their foreign ministers to pursue a foreign policy geared toward resolving local problems. There is wide agreement among Latin Americans regarding priorities for foreign policy. Latin Americans consider that foreign policy should serve as an instrument to resolve problems of national insecurity, promote social and economic welfare, fight global warming and boost development and economic growth. In Mexico, foreign policy is seen as a way to promote the nations prestige and improve its image through promoting cultural exchange, while in Ecuador, protecting territorial and maritime boundaries is seen as a primary objective of foreign policy. 6. Latin Americans want their countries to participate actively in international affairs using soft rather than hard power. There is a clear consensus in the countries surveyed to use culture, commerce, and diplomacy, rather than military power, to extend their influence in the world. Latin Americans rejection of the use of military force does not stem from a poor image of the military; on the contrary, the armed forces are among the most trusted national institutions, leaving behind stigmas from the era of Latin American dictatorships: the army is no longer seen as the enemy of civil society, or as the caretaker or incubator of democracy. 7. Latin Americans may be divided into two ways of looking at the world: from the perspective of the American Continent, or with a more global vision. While some countries consider that their principal partners and interests are based in the American continent, others look toward alliances and opportunities outside of the region. For Colombia, Ecuador, and Mexico, visions of the world are limited almost exclusively to the American continent the focus of their international aspirations and global participation. On the other hand, Brazil and Peru maintain a more global vision of their interests in the world, encompassing other regions, and Asia in particular, as a new motor of global economic growth. The visions of Brazil and Peru demonstrate a greater capacity for understanding and adapting to the dynamism of the international system than countries whose visions are anchored in the continent. 8. Latin Americans recognize Brazil as the undisputed regional leader, while Mexican leadership has faded. Brazil enjoys a positive image and is viewed with wide approval by Latin Americans, for whom Brazils growing international influence and capacity for leadership is undisputed. While a considerable percentage of Brazilians believe that their country should seek to be the regions leader, Mexico is no longer viewed as a potential leader by other countries in a survey, nor do Mexicans themselves show interest in acting as regional leader (a very small number of Latin Americans identify Mexico as a regional leader, while Mexico is less popular among those surveyed than Brazil). Unlike other countries with intentions of leadership, such as Venezuela (which is viewed less positively by Latin Americans) Mexico is one of the most popular Latin American countries. However, due to its close relationship with the United States and preoccupation with internal crises, is viewed as more distant from the region. 9. Latin Americans favor an American model of regional integration. The actions, scope, and limits of Latin American integration are well defined in the public opinion of the five countries. Free markets and expanded infrastructure are priorities for integration, which implies physical connections across borders and allowing the free circulation of goods, services, and investment throughout the region. On the other hand, Latin Americans reject social and institutional steps toward integration: Latin Americans are opposed to the free movement of peoples, the creation of a common currency, and the establishment of supranational institutions, such a Latin American parliament or regional army. 10. On the topic of migration there is a double standard: universal rights for emigrants but limited rights for immigrants in Latin America. In the past few decades, the massive movement of migrants has impacted the region politically, economically, and socially. While in Brazil the impact of immigration has been less visible, in Colombia, Ecuador, Mexico, and Peru, the flow of immigrants is a constant part of public debate. However, while these countries demand equal rights for their emigrants in receiving countries, many of them are not as receptive toward immigrants in their own countries. There are reservations in all countries towards the integration of immigrants as members of society with full rights, and especially in Ecuador.
Resumen:
Los principales hallazgos de la segunda edición latinoamericana de Las Américas y el Mundo 2010-2011 se reúnen en 10 rasgos y tendencias que retratan no sólo la cultura política internacional de los países latinoamericanos encuestados, sino que brindan las coordenadas de cómo y dónde se ubican en el mundo. 1. La identidad regional de América Latina es ambivalente y simbólica. A pesar de sentirse latinoamericanos y de percibir a la región con optimismo, la identidad latinoamericana se rige más por nociones abstractas que por solidaridades reales o intereses concretos. Cuando se trata de asumir los costos, en particular los de índole material, que implican una mayor unidad y cooperación latinoamericana, los países encuestados son reacios a participar. Acciones como invertir recursos, coordinar acciones o compartir soberanía con sus hermanos latinoamericanos, reciben un exiguo apoyo social. Los vecinos son menos apreciados que otros países, lo cual dificulta que las cercanías geográficas y los mecanismos de integración subregional actuales proyecten identidades propias por encima de la macroidentidad que representa el ser latinoamericano. 2. Los países con mayor capacidad de liderazgo tienen déficit de atención y de conocimiento internacional. Brasil y México, países de talla media en el sistema internacional, paradójicamente permanecen menos atentos e interesados en participar en el escenario internacional que países con menores capacidades para hacerlo, como Colombia, Ecuador y Perú. Poseen un escaso conocimiento de las instituciones multilaterales y de los actores internacionales y, por razones distintas, están en un ánimo claramente introspectivo. Brasil muestra los síntomas de desatención de o maior país do mundo, en tanto que México se encuentra ensimismado posiblemente a causa de la crisis de inseguridad que enfrenta. En el lado opuesto, aparece Colombia, con el porcentaje más alto de ciudadanos atentos y conocedores del devenir mundial. 3. La apertura económica al exterior goza de amplia aceptación social. A pesar de la turbulenta crisis financiera global en 2008 y 2009, los latinoamericanos aprueban ampliamente al libre comercio, reconocen a la inversión extranjera como ventajosa y, en general, consideran que la globalización económica es un proceso más positivo que negativo. En medio de la pluralidad de estrategias de desarrollo y políticas económicas en la región, hay consenso social en que los beneficios de la apertura económica al exterior son mayores a los costos, sobre todo en los países con mejor desempeño económico como Perú y Brasil. 4. Desde América Latina el mundo se lee en clave nacional. Tanto las amenazas como los objetivos internacionales prioritarios se contemplan desde una óptica localista. Esta percepción del mundo está cargada de una racionalidad utilitarista y material antes que de una lógica normativa vinculada a la solidaridad internacional. Además, el ánimo público nacional influye notoriamente en la forma en que las sociedades codifican el mundo e interpretan los acontecimientos internacionales: en Brasil se traduce en optimismo; en Colombia, en apertura; en Ecuador, en reserva; en México, en pesimismo, y en Perú, en oportunidad. 5. El mandato a las cancillerías es una política exterior que ayude a resolver problemas apremiantes de la población. Existe una gran convergencia entre los países sobre los fines que debe gestionar la política exterior. Según estas sociedades, la política exterior debería ser un instrumento para resolver los problemas de inseguridad de las personas, potenciar su bienestar económico y social, contener la precariedad ambiental y apuntalar el crecimiento del país. En México, además, debe recobrar el prestigio y mejorar la imagen del país a través de su cultura y, en Ecuador, proteger las fronteras territoriales y marítimas. 6. Los latinoamericanos aspiran a una mayor presencia internacional basada en el poder blando que sobre el poder duro. Los países encuestados claramente privilegian el acrecentar su influencia en el mundo por medio de su cultura, diplomacia y comercio antes que con el despliegue de su poderío militar. Este rechazo al uso de la fuerza militar como instrumento internacional no obedece a una mala imagen interna de los ejércitos nacionales; por el contrario, las fuerzas armadas cuentan con legitimidad y confianza entre los latinoamericanos, dejando atrás estigmas anteriores que los calificaban de enemigos internos de la sociedad civil y cuñas para el avance democrático. 7. Hay dos formas de mirar al mundo: visiones acotadas y visiones globales. Algunos países consideran que sus principales socios e intereses se encuentran principalmente en el continente americano, mientras que otros perciben alianzas y oportunidades fuera de la región. Para Colombia, Ecuador y México, el mundo se limita casi exclusivamente al continente donde anclan sus aspiraciones internacionales y concentran su participación mundial. En cambio, Brasil y Perú mantienen una visión más global de sus intereses en el mundo que abarca a otras regiones, en particular a Asia como nuevo motor de la economía mundial. Las miradas globales muestran una mejor capacidad de entendimiento y adaptación a las tendencias del dinámico sistema internacional que las ancladas en el continente. 8. Reconocimiento del liderazgo brasileño, mientras la presencia mexicana se diluye. Brasil goza de una amplia aprobación y buena imagen entre los latinoamericanos, quienes inconfundiblemente reconocen su creciente influencia internacional y capacidad de liderazgo. Además, Brasil manifiesta cierta voluntad para buscar ser el país líder en la región. En contraste, México carece de visibilidad en el continente (un número reducido de latinoamericanos lo identifica como un país con influencia regional y su popularidad es menor a la de Brasil) y no muestra interés por ejercer algún tipo de liderazgo en la región. A diferencia de otros países con pretensión de liderazgo, como Venezuela, que tienen una mala imagen, México es un país bien apreciado en América Latina pero, por su asociación con Estados Unidos y su desventura interna, se percibe distante. 9. Los latinoamericanos están a favor de un modelo americano de integración regional. Los contornos, alcances y límites de la integración latinoamericana están bien definidos por las opiniones públicas de estos países. Los mercados y la interconexión física transfronteriza guían el proceso, lo que implica la aprobación mayoritaria de sinergias en infraestructura y el libre flujo de bienes, servicios e inversiones por la región. En cambio, se rechaza el libre movimiento de personas, la unión monetaria y la construcción de instituciones supranacionales. El tipo de integración latinoamericana que sustentan las poblaciones de estos países deja fuera los aspectos políticos, militares y sociales. 10. Frente a la migración hay un doble estándar: derechos universales para los emigrantes pero acotados para los inmigrantes. En las últimas décadas, los movimientos masivos de migración han impactado económica, política y socialmente a la región, aunque en forma diferenciada. Si bien en Brasil su importancia ha sido considerablemente menor, en Colombia, Ecuador, México y Perú los flujos migratorios están constantemente en la palestra pública. Sin embargo, mientras estas sociedades exigen a los países receptores de sus connacionales un trato especial y bondadoso, muchas de ellas no son tan receptivas hacia la inmigración. Hay reticencias, en particular en Ecuador, para que los extranjeros puedan entrar e integrarse social y políticamente en sus países.
Inglés/English:
The principal findings from the second Latin American edition of the survey The Americas and the World 2010-2011 can be summarized in 10 key trends that highlight the international political culture of the countries surveyed and map out the priorities of and how and where Latin Americans see themselves in relation to the world. 1. Latin Americans are proud of their identity, but reluctant to embrace other countries in the region. Citizens in the region are proud Latin Americans and view the region with optimism. However, Latin American identity is largely abstract and symbolic, lacking a sense of solidarity or concrete interests. Latin Americans are wary of binding commitments in the region. When it comes to assuming costs that imply greater unity and regional cooperation particularly those of a material nature Latin Americans are reluctant to participate. Actions such as investing resources, coordinating responses to defend common interests, or sharing sovereignty with other countries in the region receive little support. Neighboring countries are viewed less positively than other countries, making it difficult for mechanisms of regional integration to foster a sense of regional belonging commensurate with the symbolic dimension of Latin American identity. 2. The countries with the greatest capacity for leadership have a deficit of attention and knowledge of international affairs. Brazil and Mexico mid-level powers in the international system are less knowledgeable and interested in participating in international affairs than countries with less capacity to do so, such as Colombia, Ecuador, and Peru. Citizens in Brazil and Mexico have little knowledge of multilateral institutions and international actors, and for distinct reasons, are more focused on internal affairs. Brazils lack of interest in international affairs might be explained by the surging national mood of the país mais grande do mundo, while Mexicans disinterest might be related to the countrys crisis of internal security. On the other hand, Colombians stand out as the population with the highest level of interest in international affairs and the most knowledge of multilateral institutions and international actors. 3. Latin Americans favor opening their economies to international trade and investment. In spite of the global financial crisis of 2008-2009, Latin Americans widely support free trade, view foreign investment as advantageous, and consider that globalization as more positive than negative. Among the wide range of economic policies and strategies for development in the region, there is a broad consensus among Latin Americans of varying socio-economic levels that the benefits of an open economy are far greater than the potential costs, especially in countries with high levels of economic growth such as Peru and Brazil. 4. In Latin America, international affairs are perceived through the perspective of distinct local contexts. Both international threats and foreign policy priorities are viewed through a local lens, with emphasis on those issues most likely to affect daily life. This perception of the world is based on a utilitarian and material rationality rather than the normative logic of international solidarity. How citizens view the state of their country influences how citizens view the world and interpret international events: in Brazil this translates into optimism; in Colombia, into openness; into Ecuador, caution; into Mexico, pessimism; and in Peru, into opportunity. 5. Latin Americans have sent a clear mandate for their foreign ministers to pursue a foreign policy geared toward resolving local problems. There is wide agreement among Latin Americans regarding priorities for foreign policy. Latin Americans consider that foreign policy should serve as an instrument to resolve problems of national insecurity, promote social and economic welfare, fight global warming and boost development and economic growth. In Mexico, foreign policy is seen as a way to promote the nations prestige and improve its image through promoting cultural exchange, while in Ecuador, protecting territorial and maritime boundaries is seen as a primary objective of foreign policy. 6. Latin Americans want their countries to participate actively in international affairs using soft rather than hard power. There is a clear consensus in the countries surveyed to use culture, commerce, and diplomacy, rather than military power, to extend their influence in the world. Latin Americans rejection of the use of military force does not stem from a poor image of the military; on the contrary, the armed forces are among the most trusted national institutions, leaving behind stigmas from the era of Latin American dictatorships: the army is no longer seen as the enemy of civil society, or as the caretaker or incubator of democracy. 7. Latin Americans may be divided into two ways of looking at the world: from the perspective of the American Continent, or with a more global vision. While some countries consider that their principal partners and interests are based in the American continent, others look toward alliances and opportunities outside of the region. For Colombia, Ecuador, and Mexico, visions of the world are limited almost exclusively to the American continent the focus of their international aspirations and global participation. On the other hand, Brazil and Peru maintain a more global vision of their interests in the world, encompassing other regions, and Asia in particular, as a new motor of global economic growth. The visions of Brazil and Peru demonstrate a greater capacity for understanding and adapting to the dynamism of the international system than countries whose visions are anchored in the continent. 8. Latin Americans recognize Brazil as the undisputed regional leader, while Mexican leadership has faded. Brazil enjoys a positive image and is viewed with wide approval by Latin Americans, for whom Brazils growing international influence and capacity for leadership is undisputed. While a considerable percentage of Brazilians believe that their country should seek to be the regions leader, Mexico is no longer viewed as a potential leader by other countries in a survey, nor do Mexicans themselves show interest in acting as regional leader (a very small number of Latin Americans identify Mexico as a regional leader, while Mexico is less popular among those surveyed than Brazil). Unlike other countries with intentions of leadership, such as Venezuela (which is viewed less positively by Latin Americans) Mexico is one of the most popular Latin American countries. However, due to its close relationship with the United States and preoccupation with internal crises, is viewed as more distant from the region. 9. Latin Americans favor an American model of regional integration. The actions, scope, and limits of Latin American integration are well defined in the public opinion of the five countries. Free markets and expanded infrastructure are priorities for integration, which implies physical connections across borders and allowing the free circulation of goods, services, and investment throughout the region. On the other hand, Latin Americans reject social and institutional steps toward integration: Latin Americans are opposed to the free movement of peoples, the creation of a common currency, and the establishment of supranational institutions, such a Latin American parliament or regional army. 10. On the topic of migration there is a double standard: universal rights for emigrants but limited rights for immigrants in Latin America. In the past few decades, the massive movement of migrants has impacted the region politically, economically, and socially. While in Brazil the impact of immigration has been less visible, in Colombia, Ecuador, Mexico, and Peru, the flow of immigrants is a constant part of public debate. However, while these countries demand equal rights for their emigrants in receiving countries, many of them are not as receptive toward immigrants in their own countries. There are reservations in all countries towards the integration of immigrants as members of society with full rights, and especially in Ecuador.
Resumen:
La traducción al español de Economía y sociedad [Wirtschaft und Gesellschaft] de Max Weber es la expresión más compleja de un proyecto para modernizar las ciencias sociales. Este documento de trabajo analiza algunas facetas de la misma que apenas han recibido atención por parte de los estudiosos. Entre ellas están la definición de un vocabulario especializado para las ciencias sociales así como la destacada posición que ocupa en la estrategia editorial del Fondo de Cultura Económica, que estaba a su vez estrechamente vinculada a la expansión de las ciencias sociales a partir de 1945. En la traducción misma participaron cinco personas sin que, al parecer, sus contribuciones fueran nunca unificadas. Por este y otros motivos, el documento de trabajo critica cómo se tradujeron algunos conceptos importantes para la sociología de la dominación, así como la fundamental dicotomía Gemeinschaft vs. Gesellschaft y su elaboración weberiana, Vergemeinschaftung y Vergesellschaftung. En las conclusiones se mantiene que los traductores carecían de un conocimiento exhaustivo de Weber. Economía y Sociedad presenta debilidades serias en cuanto a la terminologi?a y la coherencia interna del conjunto de la obra.
Inglés/English:
The translation of Max Weber's Economy and Society [Wirtschaft und Gesellschaft] into Spanish is the most sophisticated expression of a project to modernize the social sciences. This working paper analyzes some hitherto neglected aspects of the translation. These overlooked aspects include the attempt to define a specialized vocabulary for the social sciences. Moreover, it discuses the prominent place that Economy and Society occupied within the growth strategy of the publisher, Fondo de Cultura Económica, also closely linked to the expansion of the social sciences after 1945. As for the translation itself, it was a collaborative work, (to which five people contributed), which probably nobody revised thoroughly for consistence. Finally, this working paper criticizes the translation of some important concepts included in the sociology of domination and of the noted dichotomy Gemeinschaft vs Gesellschaft and its Weberian derivatives, Vergemeinschaftung and Vergesellschaftung. To conclude, it is argued that the translators lacked an exhaustive knowledge of Weber. Economy and Society shows serious weaknesses, both in terms of the terminology and of its overall internal coherence.
Resumen:
La traducción al español de Economía y Sociedad [Wirtschaft und Gesellschaft] de Max Weber plantea al lector actual una serie de interrogantes a los que nadie ha tratado de responder. Este documento de trabajo explora argumentos cuya relevancia nace de las críticas que se han hecho de la traducción parcial al inglés de Talcott Parsons por parte de autores como Keith Tribe y Peter Ghosh, entre otros, así como de las diferencias entre el modo en que se editaba en Alemania en los años veinte y en México en los cuarenta. Para determinar en qué medida la traducción puede ser considerada precisa, se ofrece evidencia sobre cómo ciertas imperfecciones descuidos, alteraciones en la secuencia, omisiones, añadidos y torsiones en el sentido de los términos afectan la coherencia y legibilidad del texto. Además, se analizan aspectos formales de la edición alemana y mexicana títulos, composición de la página, tipografía. La conclusión es que, a pesar de los méritos indudables de la traducción, la misma resulta inadecuada para el trabajo actual de los científicos sociales.
Inglés/English:
The Spanish translation of Max Webers Economy and Society [Wirtschaft und Gesellschaft] poses to contemporary readers a number of questions that nobody has answered up to now. This working paper explores arguments whose relevance comes from the criticisms on Talcott Parsons (partial) translation formulated by Keith Tribe and Peter Ghosh, among others, as well as from the different editorial practices in Germany in the 1920s and in Mexico in the 1940s. In order to determine to what extent the translation can be considered accurate, the paper draws on evidence about its insufficiencies flaws, mistakes, altered word sequences, omissions, additions, distorted translations of Webers terms of the art . In addition, external aspects of the German and Mexican editions such as titles, format and typesetting are examined. In conclusion, despite extant merits of the translation, it cannot be considered apt for current scholarly work in the social sciences.
Resumen:
Si los cambios de preferencias electorales durante la campaña se han explicado bajo el supuesto teórico de una alta institucionalización del sistema de partidos, entonces cabe preguntarse: ¿bajo qué condiciones ocurre el cambio electoral en democracias con baja institucionalización? Utilizando datos originales del Comparative National Elections Project (CNEP) para comparar dos países, argumento que en una democracia de baja institucionalización el cambio de preferencias electorales ocurre debido a: 1) una intensidad menor de anclaje del voto y 2) a la heterogeneidad de los intermediarios político personales e impersonales.
Inglés/English:
If changes in electoral preferences during campaign has been explained under the theoretical assumption of highly institutionalized party system, therefore: under what conditions citizens electoral preferences change in a low institutionalized democracy? Comparing two countries from the original dataset of the Comparative National Elections Project (CNEP), I claim that in a democracy with a low institutionalized party system, electoral changes appear due to (1) a low intensity of voting anchorage and (2) the heterogeneity of personal and impersonal informational intermediaries.
Resumen:
La atención de los medios hacia los problemas de derechos humanos alrededor del mundo no está distribuida de manera uniforme, lo que genera tensión, enojo y frustración en el sistema internacional. La academia ha progresado en explicar estas variaciones al enfocarse en la fuerza de los vínculos transnacionales, las condiciones locales para el activismo y movilización, la naturaleza del agravio, entre otros. Sin embargo, los investigadores del activismo transnacional han ignorado por mucho tiempo las variaciones a nivel regional. Nuestro estudio sobre la cobertura nacional de los medios en derechos humanos de 1981 a 2000 se basa en nuevos datos para examinar el impacto de la región en la atención de los medios. Hemos encontrado que los medios cubren los abusos en América Latina con mayor atención que en otras regiones. Este sesgo latinoamericano se explica por la proximidad de la región con Estados Unidos, la relevancia política, el poder de la Iglesia Católica y un proceso de path dependency. Estos resultados proveen dos lecciones para los académicos en asuntos internacionales: el primero, la dinámica regional tiene un impacto tanto en el activismo transnacional como en las reformas de derechos humanos; el segundo, estos hallazgos otorgan un peso sistemático a las afirmaciones anecdóticas de que las élites occidentales de las distintas regiones perciben eventos similares en forma diferente. Concluimos con un llamado hacia un estudio más acorde al enfoque regional en derechos humanos, activismo transnacional y percepciones políticas occidentales.
Inglés/English:
Global media attention is unevenly allocated across human rights problems worldwide, leading to tension, anger and frustration in the international system. Scholars have recently made progress in explaining these variations, focusing on the strength of transnational ties, local conditions for activist mobilization, the nature of the abuse, and more. Scholars of transnational activism, however, have largely ignored variations based on world region. Our study of Western human rights media country coverage from 1981 to 2000 relies on new and existing data to examine the impact of region on media attention. We find that the media covered abuses in Latin America more heavily than in other regions. This Latin Bias, we argue, is largely explained by the regions proximity to the United States, policy relevance, powerful Catholic Church, and path dependency. Our findings offer two lessons for scholars of international affairs. First, regional dynamics have impacts both on transnational activism and on human rights reforms. Second, our findings lend systematic weight to anecdotal claims that Western elites perceive similar events differently across world regions. We conclude with a call for more regionally attuned scholarship on human rights, transnational activism, and Western political perceptions.
Resumen:
El objetivo general de este documento de trabajo es analizar la política exterior de Estados Unidos hacia México a partir de la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca. El argumento principal es que, a pesar de las expectativas de cambios positivos, la administración de Barack Obama muestra mayores signos de continuidad y pocas modificaciones en su política exterior hacia México. El trabajo está dividido en cuatro apartados. El primero establece las principales características contemporáneas de la relación bilateral. El segundo describe brevemente el estado de la relación a partir de 2000. El tercero analiza las propuestas de campaña de Obama respecto a México. La última parte explora los asuntos más importantes de la agenda bilateral a partir de la llegada del demócrata Barack Obama a la presidencia de Estados Unidos, como son el contexto político, el comercio, la migración y la seguridad.
Inglés/English:
The central aim of this working paper is to analyze the United States foreign policy towards Mexico since the arrival of Barack Obama at the White House. The main argument is that, despite expectations of a positive change, the Barack Obama administration shows more continuity signs and little changes in his foreign policy towards to Mexico. The work is divided in four sections. The first one lays out the main contemporary bilateral relationship. The second section briefly describes the state of the relationship since year 2000. The third one analyzes Obamas campaign proposals regarding Mexico. The last part explores the major issues on the bilateral agenda after the arrival of Barack Obama as president of the United States such as the political context, trade, migration and security.
Resumen:
El objetivo central de este documento de trabajo es analizar las actividades de cooperación internacional descentralizada para el desarrollo (CIDpD) que llevan a cabo los gobiernos locales mexicanos, tanto a nivel estatal como municipal. La primera sección describe el concepto de CIDpD con base en la experiencia mexicana. La segunda explica qué factores internacionales y nacionales han incentivado el incremento de este tipo de actividades. La tercera expone el marco normativo dentro del cual los gobiernos locales mexicanos llevan a cabo la CIDpD. Finalmente, la última sección expone los tipos y formas de participación de los gobiernos locales mexicanos en el marco de la CIDpD.
Inglés/English:
The central objective of this working paper is to analyze the actions of decentralized international cooperation for development (DICfD) conducted by Mexican local governments, both at the state and municipal levels. The first section describes the concept of DICfD based on the Mexican experience. The second part presents the international and domestic variables which explain the increase in these types of actions. The third analyzes the legal framework under which Mexican local governments conduct DICfD. Finally, the last section describes the types and forms of international participation of Mexican local governments within the framework of DICfD.
Resumen:
Desde 1984 la política comercial de EE.UU. sostiene que todos los acuerdos comerciales bilaterales y multilaterales incluyen cláusulas que condicionan la extensión de los beneficios del comercio a la protección de derechos laborales. Sin embargo, pocas de estas cláusulas tienen mecanismos de vigilancia; y entre los acuerdos que sí tienen, poco se sabe sobre cómo las agencias de EE.UU. determinan si los socios cumplen o no con los estándares de las garantías de derechos laborales especificados en los acuerdos. Este trabajo investiga cómo los intereses geopolíticos de la política exterior de EE.UU. en América Latina influyen en la aplicación de estas cláusulas y en la decisión de revocar los beneficios económicos extendidos a los países socios bajo un programa unilateral de promoción del comercio: el Sistema Generalizado de Preferencias (GSP por sus siglas en inglés). Utilizando datos originales construidos por todas las peticiones presentadas en los países de América Latina desde 1987 hasta 2005 al panel del Workers Rights Country Practices, el documento presenta estimaciones probit que examinan los objetivos de política exterior de EE.UU. e informan cómo el gobierno aplica la cláusula de condicionalidad de derechos laborales en la región. El trabajo investiga: 1) los factores que determinan si una petición que alega violaciones de derechos laborales será presentada en contra de determinados estados que participan en el GSP, 2) los factores políticos y económicos que influyen si estas peticiones son seleccionadas para su evaluación formal por la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR), y finalmente, 3) cómo el USTR determina si los países se consideran "dando pasos" hacia la mejora de los derechos laborales, o están puestos bajo un periodo de revisión extendido o están suspendidos del programa GSP.
Inglés/English:
Since 1984, U.S. trade policy holds that all bilateral and multilateral trade agreements include provisions that condition the extension of trade benefits on protecting labor rights. However, few of these clauses have monitoring mechanisms, and even among the agreements that have clauses, little is known about how U.S. agencies determine whether or not trade partners are meeting the stadards for labor rights guarantees specified in the agreements. This work investigates how U.S. foreign policy interests in Latin America affects the application of these provisions and the decison to revoke the extended economic benefits to partner countries under one unilateral trade promotion program, the Generalized System of Preferences (GSP). Using original data drawn from all the petitions presented on the countries of Latin America from 1987 to 2005 to the Worker's Rights Country Practices panel, the paper presents probit estimates that test whether the goals of U.S. foreign policy inform how the government applies the conditionality clause in the region. The paper investigates: 1) the factors that determine whether a petition alleging violations of labor rights will be filed against certain states participating in the GSP, 2) the political and economic factors that influence whether these petitions are selected for formal review by the Office of U.S. Trade Representative (USTR), and finally, 3) how the USTR determines whether countries are "taking steps" to improve labor rights, are placed under an extended review period, or suspended from the GSP program.
Resumen:
El Perú, las Américas y el Mundo es parte del proyecto internacional Las Américas y el Mundo 2010-2011 que coordina en América Latina la División de Estudios Internacionales del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), en México. La finalidad del proyecto es realizar encuestas periódicas para recabar información sobre las opiniones, actitudes, valores y preocupaciones de los ciudadanos latinoamericanos respecto a la política internacional. Por esa razón, para el año 2010 se realizaron encuestas en diversos países de la región, obteniendo datos que ayudarán al conocimiento de las relaciones internacionales desde una perspectiva comparada. De este modo, el presente informe sobre el Perú es el resultado de una encuesta nacional que realizó el Instituto de Opinión Pública de la Pontificia Universidad Católica del Perú del 24 de noviembre al 2 de diciembre del 2010. El objetivo principal era conocer la percepción de los peruanos sobre la política exterior del Estado peruano y las relaciones internacionales del Perú. Una encuesta de este tipo será un insumo importante para la toma de decisiones: en una democracia representativa las políticas de Estado deben tener en consideración las preferencias de la mayoría, pero en los temas de política exterior tenemos aún muy poca información sobre lo que la mayoría piensa. Los resultados más importantes del informe El Perú, las Américas y el Mundo son los siguientes: 1.- Identidad regional y nacionalismo: los encuestados se definen mayoritariamente como peruanos, sobre todo aquellos que pertenecen a los niveles socioeconómicos más bajos, y a las regiones Norte y Oriente. Pero el que esa sea su identificación primordial no parece tener mayor incidencia sobre su percepción del libre comercio o de la inversión extranjera, que es bastante favorable. 2.- Interés en lo internacional y contacto con el mundo: existe un nivel significativo de interés por lo internacional y un amplio conocimiento de instituciones internacionales como la ONU, la OEA, etc. Además, la mayoría afirma tener parientes que viven en el extranjero, lo cual a su vez se relaciona con la recepción de remesas provenientes del exterior. De igual modo, se percibe una apertura significativa a la influencia de otras culturas. 3.- Percepción sobre el mundo y las amenazas internacionales: existe cierto grado de pesimismo sobre la situación mundial, la mayoría considera que el mundo está peor que hace diez años. Respecto a la situación mundial en los próximos diez años no existe una clara diferencia entre optimismo y pesimismo. Se considera como una amenaza grave el calentamiento global, al igual que el creciente poder del narcotráfico y el crimen organizado. El crecimiento de China, por el contrario, tiende a considerarse un hecho positivo. 4.- Participación en los asuntos mundiales, agenda internacional y configuración del orden mundial: la gran mayoría de los encuestados reconoce la importancia de que el Perú participe activamente en los asuntos mundiales. Del mismo modo, la mayoría afirmó que la agenda internacional debe contar dentro de sus prioridades con el cuidado del medio ambiente. Finalmente, se confía más en la ONU para solucionar conflictos regionales que en cualquier Estado en particular. 5.- Afinidades hacia los países y líderes mundiales: los países mejor calificados por los encuestados son (en ese orden), Estados Unidos, China y Japón. Asimismo, el presidente que mayor confianza inspiraba a los peruanos era el brasileño Luis Inácio Lula da Silva, seguido por el presidente de los Estados Unidos Barack Obama. 6.- Relación con los EEUU: la mayoría de los encuestados afirman que los Estados Unidos les producen un sentimiento de confianza, y además que no se oponen a la posibilidad de tomar acciones conjuntas con ese país para combatir el crimen organizado, siempre y cuando ello no implique ceder las prerrogativas soberanas del Estado peruano. 7.- Percepción sobre América Latina y su nivel de importancia: una gran mayoría afirma que América Latina, como región, se encuentra mejor que hace diez años, y además que estará aún mejor dentro de diez años. Por otro lado, hay una relación directamente proporcional entre un mayor nivel socioeconómico y una mayor prioridad concedida a Europa; mientras los encuestados de menor nivel socioeconómico tienden a conceder una mayor importancia a América Latina.
Inglés/English:
Peru, the Americas and The World is part of the International research project The Americas and The World 2010-2011, which is coordinated for Latin America by the Department of International Studies at Mexicos Center for Research and Teaching of Economics (CIDE). The project conducts periodic surveys for the purpose of gathering information on the opinions, attitudes, concerns and values of Latin American citizens. For this reason, for 2010 the survey was carried in many countries of the region to gather data which will encourage a deeper understanding of foreign relations from a comparative perspective. The following report on Peru is the result of a national survey conducted between november 24 and december 02 of 2010 by the Institute of Public Opinion at the Pontifical Catholic University of Peru (PUCP). The main objective was to improve our knowledge of Peruvians perceptions regarding the countrys foreign policy and Perus international relations. A survey of this type will be an important input in the decision making process: in a representative democracy state policies must take into account the preferences of the majority, but regarding foreign policy issues we do not have a lot of information about it. The main results of the Perú, the Americas and The World report are the following: 1.- Regional Identity and Nationalism: the respondents define themselves mostly as peruvians, particularly, those who belong to the lowest socioeconomic levels and those who live in the North and East regions. However, this identification does not seem to have an impact on their perception about free trade or foreign investment, which is quite favorable. 2.- Interest in global subjects and contact with the world: There is a significant level of interest for international subjects and a wide knowledge about the international organizations such as the UN, OAS, etc. Also, a majority claims to have relatives living abroad, which in turn is related with to the receipt of remittances. Similarly, the respondents are open to the influence of other cultures. 3.- World views and international threats: there is a pessimistic view regarding the world situation, the majority believe that the world is worse than ten years ago. For the next ten years there is not a significant difference between optimism and pesimism. Issues such as global warming and the rise of drug-trafficking and organized crime are considered grave threats. 4-. Involvement in world affairs, international agenda and the structure of world order: A majority of people surveyed recognize the importance of an active participation of the country in world affairs. Similarly, a majority states that the international agenda must include taking care of the enviroment as a priority. Finally, there is a higher level of trust in the UN to settle regional conflicts than in any other country. 5.- Affinity for countries and world leaders: the countries with the most favorable opinions are (in that order) United States, China and Japan. The brazilian president Luis Inácio Lula da Silva is the most popular, followed by the United States president, Barack Obama. 6-. Relationship with the United States: a majority of the respondents expressed their trust to the United States. Also, they are not opposed to the posibility of joint coordination with that country in order to fight drug-trafficking and organized crime if this not compromise the sovereign prerogatives of the peruvian state. 7.- Views on Latin America and its importance: A majority of respondents believe that the region is in a better situation than ten years ago, and will remain the same in the future. On the other hand, there is a direct relationship between higher socioeconomic level and the opinion that more attention should be directed towards Europe; while the respondents with a lower socioeconomic level share the opinion that Latin America should be a priority.
Resumen:
Los hallazgos más interesantes del cuarto levantamiento de la encuesta México, las Américas y el Mundo se sintetizan en 11 rasgos y tendencias centrales que se observan en la cultura política internacional de los mexicanos y en el ánimo de la opinión nacional frente a un mundo incierto, vulnerable y cambiante. A grandes rasgos, los datos nos ofrecen el siguiente retrato de un México ambivalente en el año del Bicentenario de la Independencia y del Centenario de la Revolución: 1. Un país nacionalista, pero inconforme, que muestra indicios de apertura al exterior: los mexicanos se muestran orgullosos e identificados con su nacionalidad, aunque insatisfechos con los logros del país en 200 años de vida independiente. La población se debate entre el nacionalismo simbólico y la apertura a las influencias extranjeras que valora convenientes para mejorar sus condiciones de vida. Así, las resistencias a abrirse en lo cultural, económico y político se desvanecen sutilmente. 2. Un país pesimista y agobiado, pero con aspiraciones: si bien el mundo se contempla con aprehensión y pesimismo, y el contacto directo con el exterior vía viajes y relaciones familiares pierde dinamismo, los mexicanos favorecen la participación internacional activa y aspiran a que México ocupe un lugar prominente en el mundo. 3. Un país interesado en participar en temas globales, pero con déficit de atención, reacio a invertir recursos en el exterior y sin voluntad de liderazgo: los mexicanos no prestan mayor atención ni a la política interna ni a la exterior. Tampoco están dispuestos a invertir recursos ni asumir responsabilidades o llevar a cabo acciones internacionales que impliquen costos o compromisos mayores. A pesar de la aspiración de que México ocupe un lugar destacado en el ámbito internacional, los ciudadanos están renuentes a asumir los costos y responsabilidades que conlleva ser jugador global o líder regional y partícipe del activismo internacional. 4. Un país confiado en su poder blando: la población y los líderes privilegian intensamente los instrumentos del poder blando y su capacidad de influencia mediante la diplomacia cultural y comercial. Por el contrario, no muestran ningún interés en que México se convierta en una nación con poder militar. 5. Un país con una política exterior en sincronía con su prestigio y las necesidades de su población: los mexicanos manifiestan una inclinación más pragmática que idealista o altruista frente a las amenazas y prioridades que identifican en el exterior. Están a favor de una agenda de política exterior centrada en los asuntos directamente relacionados con sus condiciones de vida, bienestar, seguridad y prestigio nacional. 6. Un país anclado en el continente americano que se ubica como un actor regional: las aspiraciones, intereses, prioridades e identidades mexicanas están concentradas casi exclusivamente en América del Norte y América Latina. México se ubica más como un actor regional con prioridades centradas en la región cuyo rango y horizonte de acción se reducen al hemisferio occidental. 7. Un país sin visión global ni perspectiva de Asia-Pacífico o Europa: hay poco interés en otras regiones y países del mundo más allá del continente americano. En general, la población no presta atención ni a las potencias emergentes ni a las potencias tradicionales. En el caso particular de Asia-Pacífico, su desinterés revela una falta de visión que le impide percibir las oportunidades y los riesgos que implican para México los cambios en la distribución del poder mundial, en especial el desplazamiento de los motores del crecimiento económico de Occidente hacia Oriente. 8. Un país de multilateralismo selectivo, acotado y superficial: los mexicanos simpatizan y confían en los organismos multilaterales, incluso más que en actores internos como los políticos, la policía y el presidente; sin embargo, dan prioridad a otros objetivos antes que al fortalecimiento de instituciones como la ONU y la OEA. Su compromiso multilateral es superficial pues no siempre están dispuestos a acatar las decisiones multilaterales ni a delegar autoridad en caso de no convenir a sus intereses. 9. Un país que aspira a una relación especial con Estados Unidos: los mexicanos prefieren tratar directamente con Estados Unidos que coordinar sus posiciones frente al poderoso vecino del norte con otros países del continente que bien podrían tener intereses compartidos por cercanía geográfica o cultural, como Canadá o América Latina. Con la llegada del presidente Barack Obama, se observa una mejoría no sólo en la imagen y confianza hacia Estados Unidos, sino en las posibilidades de cooperación entre ambas naciones. 10. Un país de migrantes que busca solventar sus contradicciones como emisor y receptor: los mexicanos se inclinan a favor de una política migratoria integral y abierta, centrada en la protección de los derechos de los migrantes y la reducción de las contradicciones en el trato que se pide a otros para los emigrantes y el que se da a los inmigrantes. Sin embargo, no ven con buenos ojos que la integración latinoamericana implique el libre tránsito de personas, en especial de los centroamericanos. 11. Un país donde se acortan las distancias entre regiones, pero siguen abiertas las diferencias sociales y la división entre los líderes: por primera ocasión se acortan las diferencias de identidad entre el norte, centro y sur del país. Sin embargo, se mantienen las distancias de género, edad, educación e ingreso, así como las brechas entre población y líderes. Es notable la fragmentación al interior de las élites por razones partidistas y sectoriales, sobre todo en materia de evaluación del desempeño gubernamental, apertura a la inversión extranjera y cooperación con Estados Unidos.
Inglés/English:
The principal findings from the fourth edition of the survey Mexico, the Americas, and the World can be summarized in 11 key trends observed in Mexicans international political culture and national mood. In general terms, the survey results suggest a portrait of a conflicted, indecisive Mexico in the year of the Bicentennial of Mexicos Independence and the Centennial of the Revolution. 1. A country largely nationalistic but unsatisfied, that shows signals of openness to the exterior. Mexicans are proud of their nationality and identify as Mexicans first, but are unsatisfied with the achievements of their country over the 200 years since independence. The population is divided between symbolic nationalism and openness towards those foreign influences deemed to improve standards of living. Resistance to open the country culturally, economically, and politically has subtly but significantly loosened. 2. A country that is pessimistic and overwhelmed, but with aspirations. Though the outside world is viewed with pessimism and apprehension, and direct contact with other countries through travel and family ties has indeed declined, Mexicans favor active international participation and aspire for Mexico to play a prominent role in the world. 3. A country interested in participating in global issues, but with a deficit of attention, reluctant to invest resources abroad, and unwilling to assume leadership. Mexicans are uninformed about national or international politics, and are not willing to invest resources, assume responsibilities, or carry out international actions that imply costs or larger commitments. 4. A country confident in its soft power. Both leaders and the public overwhelmingly favor the exercise of soft power and believe in its capacity to wield influence through cultural diplomacy and international trade. On the contrary, there is wide opposition to Mexico becoming a military power. 5. A country with a foreign policy synchronized with its own level of prestige and with the needs of its population. Mexicans are more pragmatic than idealistic or altruistic about the threats and priorities for action abroad. 6. A country anchored in the Americas and positioned as a regional actor. The aspirations, interests, priorities, and identities of Mexicans are concentrated almost exclusively in North America and Latin America. Mexico has positioned itself more as a regional actor with priorities centered in the western hemisphere. 7. A country without a global vision or perspective in Asia Pacific and Europe. There is little interest in other regions or countries outside of the American continent. In general, the population is concerned with neither emerging nor traditional powers. In the particular case of Asia Pacific, this disinterest reveals a lack of vision that prevents Mexicans from recognizing the opportunities and risks presented by changes in the global distribution of power and the emergence of Asia as the primary engine of global economic growth. 8. A country of selective, superficial, and limited multilateralism. Mexicans trust multilateral organizations, even more than internal actors such as politicians, the police force, and the president. Nevertheless, they prioritize other objectives over strengthening the United Nations or Organization of American States. Mexicos multilateral commitment is superficial: Mexicans are unwilling to accept multilateral decisions or delegate authority when such action is viewed as contrary to national interests. 9. A country that aspires to a special relationship with the United States. Mexicans would prefer to seek a separate agreement with the United States rather than coordinate with other countries that may have common interests based on geographical proximity or cultural bonds, such as Canada or Latin America. With the arrival of president Barack Obama, survey results reflect an improvement not only in the image of and trust towards the United States, but also in the possibilities for cooperation between the two nations. 10. A country of migrants struggling to resolve its contradictions as both a destination for and source of immigration. Mexicans favor an immigration policy that is both comprehensive and open, centered on protecting migrants rights and resolving the contradiction between the rights demanded for Mexican emigrants to other countries and the rights granted to immigrants in Mexico. Nevertheless, they are opposed to unrestricted immigration from Central America and to any Latin American integration that implies the free movement of individuals across the region. 11. A country with dissolving regional differences, but with large gaps between socioeconomic groups and divisions among leaders. For the first time in the history of the survey differences in identity between the North, South, and Center of the country have fallen. Nevertheless, there are significant differences across gender, age, education, and income, as well as differences between the general public and leaders. Leaders are divided by party affiliation and profession, most prominently in their evaluation of the governments performance, attitudes toward foreign investment, and preferences towards cooperation with the United States.
Resumen:
Los hallazgos más interesantes del cuarto levantamiento de la encuesta México, las Américas y el Mundo se sintetizan en 11 rasgos y tendencias centrales que se observan en la cultura política internacional de los mexicanos y en el ánimo de la opinión nacional frente a un mundo incierto, vulnerable y cambiante. A grandes rasgos, los datos nos ofrecen el siguiente retrato de un México ambivalente en el año del Bicentenario de la Independencia y del Centenario de la Revolución: 1. Un país nacionalista, pero inconforme, que muestra indicios de apertura al exterior: los mexicanos se muestran orgullosos e identificados con su nacionalidad, aunque insatisfechos con los logros del país en 200 años de vida independiente. La población se debate entre el nacionalismo simbólico y la apertura a las influencias extranjeras que valora convenientes para mejorar sus condiciones de vida. Así, las resistencias a abrirse en lo cultural, económico y político se desvanecen sutilmente. 2. Un país pesimista y agobiado, pero con aspiraciones: si bien el mundo se contempla con aprehensión y pesimismo, y el contacto directo con el exterior vía viajes y relaciones familiares pierde dinamismo, los mexicanos favorecen la participación internacional activa y aspiran a que México ocupe un lugar prominente en el mundo. 3. Un país interesado en participar en temas globales, pero con déficit de atención, reacio a invertir recursos en el exterior y sin voluntad de liderazgo: los mexicanos no prestan mayor atención ni a la política interna ni a la exterior. Tampoco están dispuestos a invertir recursos ni asumir responsabilidades o llevar a cabo acciones internacionales que impliquen costos o compromisos mayores. A pesar de la aspiración de que México ocupe un lugar destacado en el ámbito internacional, los ciudadanos están renuentes a asumir los costos y responsabilidades que conlleva ser jugador global o líder regional y partícipe del activismo internacional. 4. Un país confiado en su poder blando: la población y los líderes privilegian intensamente los instrumentos del poder blando y su capacidad de influencia mediante la diplomacia cultural y comercial. Por el contrario, no muestran ningún interés en que México se convierta en una nación con poder militar. 5. Un país con una política exterior en sincronía con su prestigio y las necesidades de su población: los mexicanos manifiestan una inclinación más pragmática que idealista o altruista frente a las amenazas y prioridades que identifican en el exterior. Están a favor de una agenda de política exterior centrada en los asuntos directamente relacionados con sus condiciones de vida, bienestar, seguridad y prestigio nacional. 6. Un país anclado en el continente americano que se ubica como un actor regional: las aspiraciones, intereses, prioridades e identidades mexicanas están concentradas casi exclusivamente en América del Norte y América Latina. México se ubica más como un actor regional con prioridades centradas en la región cuyo rango y horizonte de acción se reducen al hemisferio occidental. 7. Un país sin visión global ni perspectiva de Asia-Pacífico o Europa: hay poco interés en otras regiones y países del mundo más allá del continente americano. En general, la población no presta atención ni a las potencias emergentes ni a las potencias tradicionales. En el caso particular de Asia-Pacífico, su desinterés revela una falta de visión que le impide percibir las oportunidades y los riesgos que implican para México los cambios en la distribución del poder mundial, en especial el desplazamiento de los motores del crecimiento económico de Occidente hacia Oriente. 8. Un país de multilateralismo selectivo, acotado y superficial: los mexicanos simpatizan y confían en los organismos multilaterales, incluso más que en actores internos como los políticos, la policía y el presidente; sin embargo, dan prioridad a otros objetivos antes que al fortalecimiento de instituciones como la ONU y la OEA. Su compromiso multilateral es superficial pues no siempre están dispuestos a acatar las decisiones multilaterales ni a delegar autoridad en caso de no convenir a sus intereses. 9. Un país que aspira a una relación especial con Estados Unidos: los mexicanos prefieren tratar directamente con Estados Unidos que coordinar sus posiciones frente al poderoso vecino del norte con otros países del continente que bien podrían tener intereses compartidos por cercanía geográfica o cultural, como Canadá o América Latina. Con la llegada del presidente Barack Obama, se observa una mejoría no sólo en la imagen y confianza hacia Estados Unidos, sino en las posibilidades de cooperación entre ambas naciones. 10. Un país de migrantes que busca solventar sus contradicciones como emisor y receptor: los mexicanos se inclinan a favor de una política migratoria integral y abierta, centrada en la protección de los derechos de los migrantes y la reducción de las contradicciones en el trato que se pide a otros para los emigrantes y el que se da a los inmigrantes. Sin embargo, no ven con buenos ojos que la integración latinoamericana implique el libre tránsito de personas, en especial de los centroamericanos. 11. Un país donde se acortan las distancias entre regiones, pero siguen abiertas las diferencias sociales y la división entre los líderes: por primera ocasión se acortan las diferencias de identidad entre el norte, centro y sur del país. Sin embargo, se mantienen las distancias de género, edad, educación e ingreso, así como las brechas entre población y líderes. Es notable la fragmentación al interior de las élites por razones partidistas y sectoriales, sobre todo en materia de evaluación del desempeño gubernamental, apertura a la inversión extranjera y cooperación con Estados Unidos.
Inglés/English:
The principal findings from the fourth edition of the survey Mexico, the Americas, and the World can be summarized in 11 key trends observed in Mexicans international political culture and national mood. In general terms, the survey results suggest a portrait of a conflicted, indecisive Mexico in the year of the Bicentennial of Mexicos Independence and the Centennial of the Revolution. 1. A country largely nationalistic but unsatisfied, that shows signals of openness to the exterior. Mexicans are proud of their nationality and identify as Mexicans first, but are unsatisfied with the achievements of their country over the 200 years since independence. The population is divided between symbolic nationalism and openness towards those foreign influences deemed to improve standards of living. Resistance to open the country culturally, economically, and politically has subtly but significantly loosened. 2. A country that is pessimistic and overwhelmed, but with aspirations. Though the outside world is viewed with pessimism and apprehension, and direct contact with other countries through travel and family ties has indeed declined, Mexicans favor active international participation and aspire for Mexico to play a prominent role in the world. 3. A country interested in participating in global issues, but with a deficit of attention, reluctant to invest resources abroad, and unwilling to assume leadership. Mexicans are uninformed about national or international politics, and are not willing to invest resources, assume responsibilities, or carry out international actions that imply costs or larger commitments. 4. A country confident in its soft power. Both leaders and the public overwhelmingly favor the exercise of soft power and believe in its capacity to wield influence through cultural diplomacy and international trade. On the contrary, there is wide opposition to Mexico becoming a military power. 5. A country with a foreign policy synchronized with its own level of prestige and with the needs of its population. Mexicans are more pragmatic than idealistic or altruistic about the threats and priorities for action abroad. 6. A country anchored in the Americas and positioned as a regional actor. The aspirations, interests, priorities, and identities of Mexicans are concentrated almost exclusively in North America and Latin America. Mexico has positioned itself more as a regional actor with priorities centered in the western hemisphere. 7. A country without a global vision or perspective in Asia Pacific and Europe. There is little interest in other regions or countries outside of the American continent. In general, the population is concerned with neither emerging nor traditional powers. In the particular case of Asia Pacific, this disinterest reveals a lack of vision that prevents Mexicans from recognizing the opportunities and risks presented by changes in the global distribution of power and the emergence of Asia as the primary engine of global economic growth. 8. A country of selective, superficial, and limited multilateralism. Mexicans trust multilateral organizations, even more than internal actors such as politicians, the police force, and the president. Nevertheless, they prioritize other objectives over strengthening the United Nations or Organization of American States. Mexicos multilateral commitment is superficial: Mexicans are unwilling to accept multilateral decisions or delegate authority when such action is viewed as contrary to national interests. 9. A country that aspires to a special relationship with the United States. Mexicans would prefer to seek a separate agreement with the United States rather than coordinate with other countries that may have common interests based on geographical proximity or cultural bonds, such as Canada or Latin America. With the arrival of president Barack Obama, survey results reflect an improvement not only in the image of and trust towards the United States, but also in the possibilities for cooperation between the two nations. 10. A country of migrants struggling to resolve its contradictions as both a destination for and source of immigration. Mexicans favor an immigration policy that is both comprehensive and open, centered on protecting migrants rights and resolving the contradiction between the rights demanded for Mexican emigrants to other countries and the rights granted to immigrants in Mexico. Nevertheless, they are opposed to unrestricted immigration from Central America and to any Latin American integration that implies the free movement of individuals across the region. 11. A country with dissolving regional differences, but with large gaps between socioeconomic groups and divisions among leaders. For the first time in the history of the survey differences in identity between the North, South, and Center of the country have fallen. Nevertheless, there are significant differences across gender, age, education, and income, as well as differences between the general public and leaders. Leaders are divided by party affiliation and profession, most prominently in their evaluation of the governments performance, attitudes toward foreign investment, and preferences towards cooperation with the United States.
Resumen:
Utilizando el Barómetro de las Américas-LAPOP 2010, por un lado, muestro que en México las actitudes de desafección política son cercanas al promedio regional; y, por otro lado, corroboro la postulación teórica de que los individuos distinguen dos dimensiones de la desafección: el desapego político y desafección institucional. Además, pruebo que el modelo racional-culturalista explica bien las variaciones de ambas dimensiones pues permite interactuar factores socioeconómicos, de evaluación racional e identidades políticas. Asimismo, descubro que el desapego político y la desafección institucional se asocian de manera distinta con la participación política, el acceso a información en medios y las percepciones de inseguridad pública y corrupción. Finalmente, estos resultados permiten sostener que las dimensiones de la desafección política son un desafío para la calidad de la democracia en México, pues refuerzan las desigualdades sociales y las divergencias ideológicas, inhiben la participación política informada y limitan el control ciudadano de las instituciones y los políticos.
Inglés/English:
Using the Americas Barometer-LAPOP 2010, I show, on the one hand, that political disaffection in Mexico is close to the regional mean and, on the other that Mexicans distinguish between two dimensions of disaffection: political disengagement and institutional disaffection. Furthermore, I verify that the rational-culturalist model explains better than others the variation of both attitudinal dimensions, because it permits interactions between socio-economic conditions, rational evaluations and political identities. Besides, I find that Mexican citizens attitudes of political disengagement and institutional disaffection are associated differently with political behavior, access to information through media, and perceptions of public insecurity and corruption. Finally, these results illustrate that the dimensions of political disaffection are a challenge to the quality of democracy in Mexico because they reinforce social inequalities and ideological differences; they also hamper well-informed political participation and limits citizens control of politicians and public institutions.
Resumen:
Durante la última década, México pasó de ser el paladín de la liberalización del comercio y un fuerte proponente y defensor de los acuerdos de libre comercio a un actor tímido en las negociaciones comerciales bilaterales y regionales. Esta desviación de la estrategia de México para abrir nuevos mercados para sus productos no puede ser explicada por la adopción de un nuevo modelo de política comercial; México no se apartó del modelo orientado a la exportación ni dejó de depender de variables externas el comercio internacional, la inversión extranjera directa, los ingresos del petróleo, el turismo y las remesas para su crecimiento interno. Este artículo examina los intereses y las instituciones para explicar estas tendencias aparentemente contradictorias en la política comercial mexicana: una desaceleración en las negociaciones de acuerdos comerciales y un avance en la liberalización unilateral del comercio de México. En este trabajo argumento que el diseño institucional de la política comercial de México nos ayuda a explicar los resultados de un política comercial subóptima: la liberalización arancelaria sin reciprocidad.
Inglés/English:
Over the last decade, Mexico changed from being the poster child for trade liberalization and a strong proponent and advocate of FTAs to a timid actor in bilateral and regional trade negotiations. This deviation from Mexicos strategy to open new markets for its products cannot be explained by the adoption of a new trade policy model; Mexico did not move away from export-oriented development nor did it cease to depend on external markets international trade, FDI, oil revenue, tourism and remittances for its domestic growth. This paper examines organized interests and institutions to explain these apparently contradictory trends in Mexican trade policy: a slowdown in trade negotiations even as Mexico liberalized trade unilaterally. I argue that Mexicos institutional design helps us explain Mexicos trade policy suboptimal outcome: tariff liberalization without reciprocity.
Resumen:
Durante la década de los noventa numerosas investigaciones empíricas y estudios de caso encontraron una elevada relación entre dependencia de industrias extractivas (v., minería e hidrocarburos), y desempeño económico y político en los Estados en desarrollo. Específicamente, esa literatura postulaba que a mayor dependencia de industrias extractivas, mayor era la probabilidad de que un Estado padeciera de un bajo crecimiento económico, una baja calidad institucional, un régimen autoritario, y un conflicto armado. Esos hallazgos fueron sin embargo sometidos a un escrutinio crítico durante la siguiente década. En general, los estudios más recientes formulan tres tipos de cuestionamientos a sus antecesores. En primer lugar, la evidencia empírica no siempre es concluyente respecto a la relación entre las variables estipulada por estudios previos. En segundo lugar, incluso cuando se acepta la relación entre esas variables, se cuestiona la dirección de la causalidad o los indicadores elegidos para medirlas. Por último, se intenta dilucidar el grado de sensibilidad de los hallazgos a cambios en las especificaciones. Dada la relevancia de los temas involucrados y la controversia que existe en torno a ellos, este documento se propone realizar una revisión crítica de la literatura académica sobre la relación entre dependencia de industrias extractivas y desempeño económico y político en Estados en desarrollo, intentando bosquejar el estado de la cuestión.
Inglés/English:
During the 1990s most empirical research and case studies seemed to suggest that there was a high correlation between dependency on extractive industries (i.e., mining and hydrocarbons), and economic and political performance in developing states. More specifically, this literature suggested that a higher dependency on extractive industries made it more likely for a state to suffer low rates of economic growth, low quality institutions, an authoritarian regime, and an armed conflict. However, those findings were severely criticized by research done during the following decade. In general, more recent research presents three types of criticism. First, empirical evidence did not seem to be conclusive regarding the relation between variables presented by previous studies. Second, even when that relationship did seem to exist, the causal direction between variables was reversed, or different indicators were selected to measure those variables. Finally, some findings did not seem to hold under different specifications. Given the importance of the subject matter and the debates involved, this document tries to make a critical review of the academic literature on the relationship between extractive industries on the one hand, and political and economic performance in developing states, on the other.
Resumen:
¿Una mayor integración en el comercio mundial afecta los niveles de democracia? Usando un sistema de ecuaciones lineales simultaneas en un panel de 23 países de América Latina con datos de 1970 a 1999, este documento de trabajo evalúa los posibles canales por medio de los cuales el comercio puede afectar la democracia. Se demuestra que, ceteris paribus, la apertura comercial promueve la democracia en América Latina principalmente por medio de un incremento en el tamaño del gasto público. También inhibe la democracia al aumentar la movilidad laboral y exacerbar el conflicto entre clases socioeconómicas. El efecto neto de la apertura no es estadísticamente significativo, sugiriendo que el impacto directo del nivel de integración en los mercados mundiales es irrelevante para la gobernabilidad democrática en la región.
Inglés/English:
Does stronger integration in world trade affect levels of democracy? Using a system of simultaneous equations in a panel of 23 Latin American countries between 1970 and 1999, this paper assesses the possible channels through which trade may affect democracy. It finds that, ceteris paribus, trade openness fosters democracy in Latin America mainly through an increase in the size of government consumption. It also hinders democracy by increasing labor mobility and exacerbating class conflict. The net effect of openness is not statistically significant, suggesting that the direct impact of level of integration in world markets is irrelevant for democratic governance in the region.
Resumen:
El presente documento de trabajo examina el cómo y porqué cuatro democracias en América Latina Argentina, Brasil, Chile y México han regulado los bancos comerciales en las últimas tres décadas. El objetivo es explicar la variación entre países y a través del tiempo en los regímenes regulatorios del sector comercial bancario; es decir, las decisiones del gobierno sobre los niveles de restricción de impuestos tanto en la estructura del sistema financiero como en la gestión de riesgos por parte de los bancos. El documento demuestra que los enfoques tradicionales para examinar la regulación basados en intereses, ideologías e instituciones son insuficientes para explicar la economía política de la regulación bancaria en América Latina. Al ofrecer un nuevo enfoque titulado agencia imbuida se argumenta que la variación en regímenes regulatorios depende de la naturaleza de la relación de principal-agente entre los reguladores y su interacción con lo que llamo determinantes conjunturales (ej. crisis bancarias sistémicas, presiones internacionales y avances tecnológicos).
Inglés/English:
This working paper examines how and why four Latin American democracies Argentina, Brazil, Chile and Mexico have regulated commercial banks in the past three decades. The objective is to explain variation across countries and time in the regulatory regimes of the commercial bank sector, meaning governments decisions about the levels of restrictions imposed on both the structure and the risk-management behavior of banks. It finds that traditional approaches to regulation based on interests, ideology and institutions are insufficient to elucidate the political economy of banking regulation in Latin America. In offering a new typological the embedded-agency approach to regulation, I argue that variation in bank regulatory regimes depends on the nature of the principal-agent (P-A) relationship among regulators and its interaction with what I call conjunctural determinants (i.e., systemic banking crises, international pressures and technological advances).
Resumen:
Para responder la pregunta sobre cómo los europeos formulan sus políticas respecto de América Latina de forma que pueda ser comparable con las políticas hacia otras regiones, es necesario centrar el análisis en el nivel nacional dado que ahí se originan la mayoría de las relaciones exteriores de la Unión Europea (UE). Sin embargo, esto se debe hacer teniendo en mente que los estados miembros de la UE se han vuelto cada vez más interdependientes dentro de ésta. El presente capítulo, basado en la literatura sobre europeización, propone un marco analítico basado en los tres tipos de relaciones entre los niveles nacional y de la UE: europeización de tipo upload, download y sideways. El objetivo de responder dos preguntas específicas: 1) ¿Cuál ha sido el proceso dominante de cada uno de los Estados miembro en cuanto a la formulación de políticas respecto de América Latina en relación con las de la UE: europeización download, upload o sideways?; 2) ¿Cómo ha ocurrido y variado esto en cuanto al tipo de políticas a lo largo del tiempo? Este capítulo está dedicado a establecer un marco conceptual común que sirva de base para los casos de estudio que constituyen el libro editado. Para ello, se divide en dos apartados. La primera sección sitúa el presente estudio, en relación con la literatura existente, en la intersección de tres vertientes académicas: europeización, política exterior Europea y relaciones entre Europa y América Latina. Este texto analiza cada una de ellas y presenta conceptos derivados de éstas para la construcción de un marco analítico. La segunda sección aborda diversos asuntos metodológicos y explica la forma en la que se intentará lidiar con ellos. Posteriormente, se definen con mayor precisión las variables e hipótesis que deberán resaltar los estudios de caso, con la intención de facilitar una comparación estructurada que, más adelante, contribuya a desarrollar herramientas teóricas y conceptuales.
Inglés/English:
To answer the question of how Europeans formulate their policy towards Latin America, in a way that makes it comparable to policy towards other regions, it is necessary to bring back the focus of analysis to the national level for it is there that most of the EUs foreign relations originate. However, this has to be done while keeping in mind that member states have become ever more entangled within the EU. Building from the literature on europeanization, this book chapter proposes an analytical framework based on three types of relations between the EU and the national level, upload, download and sideways europeanizaton, to answer two specific questions: 1) What has been the dominant process of each member states policy towards Latin America in relation to the EUs: upload download or sideways europeanization?; 2) How has this occurred and varied over time and policy areas? This chapter is devoted to establish the common conceptual framework that will be the basis for the case studies that constitute an edited book. To do so, it is divided into two sections. The first section situates this study in relation to the existing literature, at the intersection of three strands of academic work: europeanization, European foreign policy and relations between Europe and Latin America. It analyzes each one in turn, and presents the concepts borrowed from them to build the analytical framework. The second section addresses some methodological issues and explains how this study intends to deal with them. It then outlines with more precision the variables and hypotheses to be highlighted by the case studies so as to facilitate a structured comparison that helps develop the conceptual and theoretical tools further.