El noreste de México se caracterizó durante buena parte del siglo XIX por ser un territorio agreste y lejano, dificil de conectar con los proyectos de alcance nacional. Marcada por las incursiones comanches y lipanes, por la invasión del ejercito estadounidense y por su condición de frontera con una actividad comercial de auge, la región vio el surgimiento de una élite política local forjada al calor de las batallas y empecinada en defender el progreso de su tierra natal.
Luis Medina Peña analiza aquí las condiciones sociales, económicas y militares que influyeron en la confirmación de un grupo político al que llamas "generación de la Reforma en el noreste" y se adentra en las dimensiones regionales del desarrollo del sistema político mexicano, lejos de interpretaciones dogmáticas que centran su análisis en cúpulas en los "proyectos" nacionales, con lo cual realiza un notable aporte al entendimiento de todo un periodo de la historia.